¿Se necesita más tiempo para aprender la lengua de signos?

Cuando pensamos en idiomas, a menudo pensamos en las lenguas habladas y pasamos por alto la diversidad y complejidad lingüística de las lenguas de señas. Las lenguas de señas tienen palabras y estructura gramatical, así como formas complejas de señas que están determinadas por la forma, la ubicación y movimiento de la mano. La diferencia entre las lenguas de señas y los lenguajes hablados es simplemente que las observamos con nuestros ojos en lugar de escucharlas con nuestros oídos!

Un niño(a) aprenderá una lengua de señas con la misma naturalidad que un lenguaje hablado. De hecho, los niños que aprenden una lengua de señas empiezan a producir palabras antes que los que adquieren una lengua hablada. Existen dos razones para esto: en primer lugar, el tracto vocal humano tarda un tiempo en desarrollarse después del nacimiento; en segundo lugar, es más fácil dominar configuraciones de las manos que el niño(a) puede ver a simple vista, que configuraciones del tracto vocal que no son visibles. Así pues, los niños son capaces de hacer formas con las manos y copiar movimientos antes de que puedan imitar sonidos correctamente.

Esta ventaja temprana disminuye hacia el segundo año de vida. Aproximadamente a esta edad tanto los niños que aprenden lenguajes hablados como los que aprenden lenguas de señas empiezan a combinar palabras para formar frases. A partir de ese momento los  niños que aprenden lenguas de señas y los que aprenden lenguas habladas siguen una trayectoria de desarrollo similar. 

Acompañanos en nuestro próximo cómic en el que exploraremos cómo crear un entorno favorable para propiciar el aprendizaje de la lengua de señas.

Referencias:

Coerts, J. A. (1999) Early Sign Combinations in the Acquisition of Sign Language of the Netherlands: Evidence for Language-Specific Features. In: Language acquisition by eye, Eds. Chamberlain, Charlene, Jill P. Morford, and Rachel I. Mayberry, Psychology Press.

Mugitani, R., & Hiroya, S. (2012). Development of vocal tract and acoustic features in children. Acoustical Science and Technology, 33(4), 215-220.