¿Necesitan los niños oír cada idioma en igual medida para ser bilingües?
Algunos niños oyen japonés en casa e inglés en el colegio. Otros oyen a uno de sus padres hablar español y al otro francés. Los niños bilingües crecen aprendiendo dos idiomas, pero el grado en que oyen o hablan cada una de ellos puede variar mucho. Normalmente, los bilingües tienden a oír un idioma más que el otro, a hablar un idioma más que el otro y a mostrar diferentes resultados de aprendizaje en cada idioma. La «dominancia lingüística» es el término utilizado para describir qué idioma se oye o se habla más.
Los padres que crían a un niño bilingüe a menudo esperan que el niño llegue a dominar por igual cada idioma, es decir, que se convierta en un «bilingüe equilibrado». Sin embargo, rara vez es así. Incluso con la máxima planificación por parte de los padres, la cantidad de idiomas que un niño oye o habla suele cambiar a lo largo de la infancia. Es posible que los cuidadores hablen casi la misma cantidad de cada idioma en casa, pero este equilibrio puede desbalancearse cuando el niño entra en la guardería o empieza a pasar más tiempo con la abuela los fines de semana. Es perfectamente normal que la dominancia lingüística evolucione a lo largo de la vida, ¡y esta evolución forma parte de ser bilingüe!
«Idioma no dominante» puede interpretarse a menudo como «deficiente», cuando en realidad el dominio del idioma es sólo una clasificación. Por ejemplo, puede que prepares salsa un poquito más seguido que flan con caramelo, así que lo haces de forma más natural. Sin embargo, ambos te salen delicioso y son favoritos en las cenas. Lo mismo ocurre con la dominancia lingüística: un niño puede dominar un poco más un idioma que el otro, pero llegar a dominar ambos.
Contar las horas de habla en cada idioma o registrar el tiempo que se pasa oyendo cada una de ellos,puede añadir estrés a los padres y a los niños. Es mejor dedicar ese tiempo a que el niño participe en actividades divertidas y significativas en los dos idiomas.
Acompáñanos la próxima vez cuando veamos cómo afecta al bilingüismo la edad a la que se empieza a aprender una segunda lengua.
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