¿La edad a la que introduzco un idioma a un niño determina lo bien que lo aprende?

Los idiomas pueden aprenderse a cualquier edad: de niñera internacional, en un intercambio en la licenciatura, tras un ascenso laboral a una oficina internacional, en una clase de actividades para adultos mayores. Los cuidadores y educadores pueden sentir presión de introducir una segunda lengua desde una edad muy temprana, ya que todos sabemos lo difícil que puede resultar dominar un nuevo idioma en la edad adulta.

Sin embargo, los niños mayores y los adultos pueden alcanzar una destreza lingüística funcional, e incluso llegar a alcanzar una competencia similar a la de un hablante nativo. Existe la idea errónea de que el aprendizaje de una segunda lengua tiene un «periodo crítico» fijo, es decir un solo momento de la vida en el que se la puede aprender perfectamente, pero esto no es así. Algunos aspectos de la lengua sí pueden resultar más difíciles (pero no imposibles) de dominar en etapas posteriores de la vida, como la fonología (los sonidos de una lengua). Esto se nota en el acento que se tiene en la segunda lengua. Sin embargo, otros aspectos del lenguaje pueden aprenderse igual de bien, sin importar el momento vida, como el vocabulario.

Por otro lado, es posible que los bebés que han oído una segunda lengua en la televisión desde muy pequeños pueden no alcancen a aprender a aprender y a usarla funcionalmente. Por lo tanto, el aprendizaje de una segunda lengua requiere tanto una exposición suficiente a la lengua como una exposición de buena calidad, por ejemplo al interactuar con otras personas en lugar de con la TV.

Pensar que un niño debe absolutamente aprender una segunda lengua a una determinada edad puede poner demasiada presión tanto sobre los cuidadores como sobre los niños. Por ejemplo, si los padres se sienten cómodos comunicándose en su lengua materna, tiene más sentido utilizar esa lengua en casa y esperar a que el niño vaya a la escuela para aprender otras lenguas habladas fuera de casa. Para encender el foco del aprendizaje de una segunda lengua no basta con la edad.

Acompáñanos la próxima vez cuando veremos cómo los niños utilizan el ritmo de los idiomas para aprender vocabulario.

Las fuentes científicas de nuestro cómic:

D Perani, E Paulesu, N S Galles, E Dupoux, S Dehaene, V Bettinardi, S F Cappa, F Fazio, J Mehler, The bilingual brain. Proficiency and age of acquisition of the second language., Brain, Volume 121, Issue 10, Oct 1998, Pages 1841–1852, https://doi.org/10.1093/brain/121.10.1841